El estrés laboral surge por la presión directa o directa en el trabajo y afecta a nuestro organismo ya sea psicológica o físicamente. Centrándonos en esta última, podemos realizar estos movimientos en nuestro lugar de trabajo que alivien los síntomas del estrés en nuestro cuerpo.

Dedicando cinco segundos a girar la cabeza hacia un lado, manteniendo la posición y notando la tirantez del lado contrario ayudará a calmar el cuello. Al terminar dicho lado, hemos de realizar el mismo ejercicio hacia el otro. A continuación, durante otros cinco segundos mantener los hombros hacia arriba (en señal de indiferencia), imaginando que dos pinzas nos tienen sujetos por ellos y repetir tres veces.

Para seguir mejorando el cuello, posicionamos las manos detrás de la cabeza y estiramos el cuello hacia atrás pero no la espalda, durante cinco segundos. Después, el mismo tiempo lo dedicamos a levantar el brazo y colocar la mano tras la espalda, sujetando con la otra el codo estirado. Hemos de repetir este mismo ejercicio con el otro brazo.

Por último, durante 15 segundos llevamos hacia delante los dos brazos con los dedos de las manos cruzados creando un rectángulo imaginario entre nuestro pecho y manos. Esta misma posición la repetimos con las manos estiradas hacia arriba, en línea con nuestra cabeza. La mejoría es notable y durante unos minutos, nuestro cerebro ha estado, además, centrado en realizar correctamente los ejercicios, dejando el estrés atrás.

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