El verano es una época de relajación y disfrute, pero puede llevarnos a descuidar nuestra salud, lo sabemos porque nos ha pasado. Ya sea por las vacaciones, por las altas temperaturas o simplemente por los cambios en nuestras rutinas, es normal que el ejercicio pase a un segundo plano. Sin embargo, retomar la actividad física después de un paréntesis no tiene por qué ser una tarea abrumadora. 

Después de un período de inactividad, es importante empezar de manera gradual, con moderación, para evitar lesiones. No intentes retomar exactamente donde lo dejaste. En lugar de eso, reduce la intensidad y la duración de tus entrenamientos al principio. Esto permitirá que tu cuerpo se adapte de manera segura al aumento del deporte.

Al igual que la moderación, fijar metas realistas te ayudará a mantenerte motivado. Establece objetivos específicos y alcanzables a corto y largo plazo. Por ejemplo, podrías apuntar a hacer ejercicio tres veces por semana durante el primer mes y luego aumentar la frecuencia gradualmente.

Para mantener el interés, cambia tus ejercicios y trabaja diferentes grupos musculares. Combina ejercicios cardiovasculares, como correr o Spinning, con entrenamiento de fuerza y flexibilidad. Esto no solo mantendrá tu rutina fresca, sino que también te impulsará a desarrollar un cuerpo equilibrado.

En Las Mesas siempre apostamos por ello: el ejercicio en compañía es mejor. Entrenar con alguien puede ser una gran motivación. Ya sea un amigo, un familiar o un compañero de entrenamiento, tener a alguien con quien compartir la experiencia puede hacer que el ejercicio se convierta de llevadero a ilusionante y te ayudará a mantener el compromiso.

Algo que nos sucede en la vuelta al ejercicio después del verano es centrarnos mucho en medir y comparar con lo que nuestro cuerpo podía hacer antes de este hiatus. Pero lo esencial es prestar atención a las señales de tu cuerpo. Si sientes dolor excesivo o agotamiento, es importante detenerte y descansar. No te fuerces a hacer demasiado pronto. El progreso constante es más importante que la velocidad con la que alcanzas unos números.

Y, por último, recuerda que retomar el ejercicio después de un paréntesis lleva tiempo. No te castigues por no estar en el mismo nivel que antes. Celebra cada logro, sin importar cuán pequeño sea, y mantén una actitud positiva hacia tu progreso.